Actualmente los tipos de combustible más usados son la gasolina y el diésel. No obstante, existen otros como el hidrógeno, el biodiesel, el etanol, el metanol, el gas natural y la electricidad. Saber cuáles son los que mandarán en el futuro aún no está del todo claro.
Características de los tipos de combustible
Vamos en primer lugar a conocer de qué están hechos y cómo funcionan los diferentes tipos de combustible.
La gasolina, por ejemplo, se usa para motores de combustión, este combustible es un derivado del petróleo, de ahí las oscilaciones de su precio. El diésel en cambio, es un hidrocarburo que hace funcionar el motor por medio de la ignición. Si nos vamos al etanol, ya entramos en un tipo de combustible más sostenible, pues se obtiene de la fermentación de plantas.
Por otra parte, ha aparecido el biodiesel, un combustible que se obtiene de aceites vegetales y que puede usarse sólo o mezclado con gasoil. En la misma filosofía de cero emisiones aparece también la electricidad como forma de recargar las baterías de los vehículos eléctricos.
Además de estos que ya todos conocemos, también existe el metanol, que se obtiene por la destilación de alcohol. Junto al metanol, el gas natural también se ha propuesto como alternativa a los combustibles clásicos. A su vez, el GLP o gas licuado pretende también hacerse un hueco en el mercado del motor.
De todos los anteriores, parece ser que tanto la gasolina como el diésel tienen sus días contados. Ambos combustibles emiten niveles de CO2 y NOx demasiado altos para el medio ambiente.
El futuro de los combustibles
Las normativas son cada vez más estrictas en el uso de según qué tipo de combustibles. Sin embargo, aún falta tiempo para que desechemos por completo el uso de los ya habituales. En este sentido, el gas natural, pretende abrirse camino, pues es en sí menos contaminante. No obstante, aunque contamina menos, no es cien por cien limpio.
En la búsqueda de combustibles limpios, la empresa Bosch está a la cabeza en el desarrollo de un tipo de combustible sintético no contaminante. Este nuevo combustible es generado a partir de CO2, el cual es transformado en gas natural, gasoil o gasolina, a través de un sistema eléctrico. Este sistema eléctrico a su vez funciona por medio de energías renovables y la combinación de partículas de hidrógeno. Dichas partículas se extraen del agua proveniente del CO2 reciclado y del dióxido de carbono capturado por los filtros de aire.
El nuevo combustible sintético de Bosch será capaz de hacer funcionar tanto a motores de gasolina como diésel. Su tecnología hará que sea un combustible que genere cero emisiones, por lo que su estudio y desarrollo se espera de pronto sus frutos. Aunque de momento los costes de producción no permiten lanzarlo ya al mercado, en un futuro será equiparable al costo de los vehículos eléctricos. Gracias a estas investigaciones y a otro tipo de alternativas más respetuosas con el medio ambiente, los combustibles fósiles acabarán por desaparecer.
